miércoles, 18 de marzo de 2015

Cita: La cosa más extraña es vivir



Llevo en la cárcel casi dos años. De mi naturaleza ha brotado la desesperación salvaje; un abandono al Dolor que era penoso de ver; ira terrible e impotente; amargura y desprecio; angustia que lloraba a gritos; tormento que no encontraba voz; tristeza muda. He pasado por todos los modos posibles del sufrimiento. Mejor que el propio Wordsworth sé lo que Wordsworth quería decir cuando escribió:

El sufrimiento es permanente, oscuro y tenebroso,
y posee  la naturaleza la Infinitud...

Pero, aunque a veces me regocijara en la idea de que mis sufrimientos fueran interminables, no podía soportar que no tuvieran sentido. Ahora encuentro escondido en mi naturaleza algo que me dice que no hay nada en el mundo que carezca de sentido, y el sufrimiento menos que nada. Ese algo escondido en mi naturaleza, como un tesoro en un campo, es la Humildad.


Es lo último que me queda, y lo mejor: el descubrimiento final al que he llegado; el punto de partida de un nuevo derrotero. Me ha venido de dentro de mí mismo, y por eso sé que ha venido cuando debía. No podría haber venido ni antes ni después. Si alguien me lo hubiera dicho lo habría rechazado. Si me lo hubieran traído lo habría rehusado. Como yo lo encontré, quiero conservarlo. Tengo que conservarlo. Es la única cosa que contiene los elementos de la vida, de una nueva vida, de una Vita Nuova para mí. De todas las cosas es la más extraña. No se la puede dar, ni nos la puede dar otro. No se puede adquirir si no es cediendo todo lo que uno tiene. Únicamente cuando ha perdido todas las cosas sabe uno que la posee.


Ahora que me doy cuenta de lo que hay dentro de mí, veo con toda claridad lo que tengo que hacer, lo que de hecho debo hacer. Y cuando empleo una expresión así, no hace falta que te diga que no estoy aludiendo a ninguna sanción o mandato exteriores. No admito ninguno. Soy mucho más individualista que nunca. Nada me parece del menor valor salvo lo que uno saca de sí mismo. Mi naturaleza está buscando un modo nuevo de autorrealización. Eso es lo único que me interesa. Y lo primero que tengo que hacer es librarme de cualquier posible acritud de sentimiento hacia ti. Estoy completamente sin dinero, y absolutamente sin hogar. Pero hay en el mundo cosas peores. Con toda franqueza te digo que antes que salir de esta prisión con amargura en el corazón contra ti o contra el mundo, iría contento y alegre mendigando el pan de puerta en puerta. Si no me dieran nada en la casa del rico, algo me darían en la del pobre. Los que tienen mucho son con frecuencia avarientos. Los que tienen poco siempre comparten. No me importaría nada dormir en la hierba fresca en el verano, y cuando entrase el invierno cobijarme al calor de la niara apretada, o bajo el saledizo de un granero, mientras tuviera Amor en mi corazón. Las exterioridades de la vida me parecen ahora carentes de importancia. Ya ves a qué intensidad de individualismo he llegado, o más bien estoy llegando, porque el viaje es largo, y «donde yo pongo el pie hay espinas»...".


Yo veo ahora que el Dolor, por ser la emoción suprema de que el hombre es capaz, es a la vez el tipo y la prueba de todo gran Arte (...). Por eso no hay verdad comparable al Dolor. Hay momentos en que el Dolor me parece ser la única verdad. Otras cosas podrán ser ilusiones de la vista o del apetito, hechas para cegar lo uno y empachar lo otro, pero con el Dolor se han construido mundos, y en el nacimiento de un niño o de una estrella hay Dolor.

Ahora me parece que el Amor de alguna clase es la única explicación posible de la extraordinaria cantidad de sufrimiento que hay en el mundo. No concibo otra explicación. Estoy convencido de que no la hay, y de que si, como he dicho, se han construido mundos con el Dolor, ha sido por las manos del Amor, porque de ninguna otra manera podía el Alma del hombre, para quien se han hecho los mundos, alcanzar la plena estatura de su perfección. Placer para el cuerpo hermoso, pero Dolor para el Alma hermosa..."

De profundis (1897)
Oscar Wilde