En los
últimos días, he sido capaz de ver mi vida desde una gran altitud,
como una especie de paisaje, y con un profundo sentido de la conexión
de todas sus partes. Pero esto no significa que haya acabado con la
vida.
Por el
contrario, me siento intensamente vivo, y quiero y espero que, en el
tiempo que queda, pueda profundizar mis amistades, para decir adiós
a los que amo. Escribir más, viajar si tengo la fuerza, alcanzar
nuevos niveles de comprensión y perspicacia.
(...)No hay
tiempo para nada inesencial. Debo concentrarme en mí, mi trabajo y
mis amigos. Dejaré de mirar "NewsHour" todas las noches.
Dejaré de prestar atención a la política o las discusiones sobre
el calentamiento global. No es indiferencia pero sí desprendimiento
-todavía me preocupo profundamente por el Oriente Medio, sobre el
calentamiento global, sobre el crecimiento de la desigualdad-, pero
esos ya no son mis asuntos; pertenecen al futuro. Me alegro cuando me
encuentro con jóvenes superdotados -incluso el que con una biopsia
diagnosticó mis metástasis. Siento que el futuro está en buenas
manos.
He sido cada
vez más consciente, durante los últimos 10 años más o menos, de
las muertes de mis contemporáneos. Mi generación se está
marchando, y en cada muerte he sentido como un desprendimiento de
placenta, un arrancamiento de una parte de mí mismo. No habrá nadie
como nosotros cuando nos hayamos ido, pero tampoco no habrá nadie
como cualquier otra persona, nunca. Cuando las personas mueren, no
pueden ser reemplazados. Dejan agujeros que no se pueden llenar,
porque es el destino de todo ser humano ser un individuo único, para
encontrar su propio camino, vivir su propia vida y morir su propia
muerte.
No puedo
fingir que no tenga miedo, pero mi sentimiento predominante es de
gratitud. He amado y he sido amado; he recibido mucho y he dado
algo a cambio; he leído y viajado y pensado y escrito. He tenido una
relación sexual con el mundo, el coito especial de escritores y
lectores.
Por encima de
todo, he sido un ser sensible, un animal de pensar, en este hermoso
planeta, lo que, en sí, ha sido una aventura y un enorme privilegio.