Arthur Jensen,
presidente de la corporación, habla con Howard Beale, telepredicador de éxito
- Buenos días, Sr. Beale. Me han dicho
que es usted un loco.
- Con irregularidad.
- ¿Cómo está?
- Loco de remate.
- ¿Quién no lo está?
- Esta sala de conferencias resulta de
lo más adecuada para lo que le voy a decir.
Empecé como vendedor. Vendí máquinas
de coser, recambios para automóviles, cepillos y equipo electrónico. Dicen que puedo vender cualquier
cosa.
Me gustaría venderle algo. Siéntese,
por favor.
Se ha entrometido con las fuerzas primitivas
de la naturaleza, y yo no se lo tolero. ¿Está claro?
Usted cree que solamente ha impedido un negocio, pero es no es el caso. Los árabes se han llevado millones de dólares de este país y ahora tienen que reponerlos.
Es el flujo y reflujo, es el ritmo
de las mareas, es un equilibrio ecológico.
Usted solo es un viejo que piensa en
términos de naciones y pueblos. No existen naciones, no existen pueblos. No hay
rusos, no hay árabes. No existen terceros mundos ni Occidente. Existe únicamente
un gran sistema de sistemas, un vasto y salvaje entretejido, intercalado,
multivariable, multinacional dominio de dólares. Petrodólares, electrodólares,
multidólares. Marcos, yens, libras, francos y rublos.
Es el sistema internacional monetario que determina la totalidad de la vida de este planeta.
Es el sistema internacional monetario que determina la totalidad de la vida de este planeta.
Ese es el orden natural de las cosas
de hoy días. Esa es la estructura atómica y subtatómica y universal que
configura las cosas de hoy día.
Y usted se ha entrometido con el
orden de las fuerzas primitivas de la naturaleza.
¡Y usted debe repararlo!
Usted aparece en su pequeña pantalla
y grita sobres América y la democracia.
No existe América, no existe la
democracia.
Solo existe la IBM, ITT, AT&T, Du
Pont, Dow, Union Carbide y Exxon. Estas son las naciones del mundo hoy día.
De qué hablan los rusos en sus
consejos de estado ¿De Karl Marx? No. De sistemas de programación lineal, de
teorías sobre estadística, de problemas económicos, y computan costos de sus
transacciones e inversiones como hacemos nosotros. Ya no vivimos en un mundo de
naciones e ideologías, señor Beale. El mundo es un colegio de corporaciones
inexorablemente dirigido por los estatutos inmutables de los negocios. El mundo
es un negocio, señor Beale. Lo ha sido desde que el hombre salió arrastrándose
del barro, y nuestros hijos vivirán, señor Beale, para ver eso. Un mundo
perfecto en el que no habrá guerra ni hambre, opresión ni brutalidad. Una vasta
y ecuménica compañía asociada en la que todos los hombres trabajarán para
servir a un beneficio común. En la que todos los hombres poseerán una cantidad
de acciones. En la que se les cubrirán todas las necesidades, se les moderarán
todas las ansiedades, y les divertirán para que no se aburran.
Y le he elegido
a usted, señor Beale, para predicar este evangelio.
- ¿Y Por que a mi?
- ¿Y Por que a mi?
Sesenta millones
de personas le ven cada noche de la semana de lunes a viernes.
- He visto el
rostro de Dios.
- Puede que tenga
usted razón.
Network: Un mundo implacable (1976)
Sidney Lumet
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