Los psicólogos sabemos
bien que cuando alguien acude a la consulta, por lo
general, lo hace porque está sufriendo y necesita ayuda para eliminar
esa pesadumbre. Nuestra experiencia nos muestra que muchas de esas
personas también desean, con todas sus fuerzas, que les confirmemos
que su sufrimiento es consecuencia de lo que han vivido y están
viviendo. Esto es, ansían que les aseguremos que son personas
normales y que "tienen razón" por encontrarse tal y como
se encuentran.
Resulta paradójico cómo,
a veces, el alivio de la comprensión se puede convertir en una
trampa.
Considera Moix que "el bálsamo de la comprensión es droga dura". Tanto que, según ella, a menudo preferimos que nos comprendan y nos den la razón, a que nos sugieran que la situación que estamos viviendo la podríamos ver y afrontar de forma diferente.
"Si la terapia –dice–
se basa en cambiar la mirada sobre nuestra vida para poder
desbloquearnos, hay personas que sienten esta sugerencia casi como un
insulto, como si les insinuaras que les falta inteligencia por no
haber abordado su problema de otro modo. Así, preferimos muchas
veces tener la razón, pensar que nuestro sufrimiento se encuentra
justificado, aún a costa de seguir bloqueado, antes que flexibilizar
nuestra rigidez y admitir que quizás seríamos más felices si
encaráramos la situación de manera distinta".
Somos tan rígidos, según Moix, porque tenemos unos esquemas mentales, unas creencias, unos valores muy asentados (…). Si fuéramos conscientes de lo relativos que son nuestros esquemas, que dependen de los que hemos vivido, leído... –dice la psicóloga– , no iríamos por la vida haciendo alarde de una seguridad aplastante pensando que solo nuestro punto de vista es el correcto.
Debemos, por todo ello,
aprender a ser flexibles en primer lugar con uno mismo. "Hay que
tener flexibilidad, por ejemplo, respecto a la interpretación de
nuestro pasado. Me encanta repetir que nunca es tarde para tener una
infancia feliz. Lo que nos determina no es lo que hemos vivido sino
cómo lo hemos interpretado.
Entrevista a
Jenny Moix
Faro de Vigo (19.05.2011)
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