Filautía es un concepto de origen griego que significa amor
propio, autorreconocimiento y amor a uno mismo. Implica la
reconciliación con lo que uno es y con la propia existencia.
Practicar la filautía supone dejar de lado la autoconmiseración y
el sentimiento de ser víctima.
La ética griega se fundaba en buena medida en la filautía.
Aristóteles alude a ella en las éticas Nicomáquea y Endemia. Para
él, el que se ama a sí mismo puede sin contradicción afanarse por
lo que es justo, lo prudente y actuar de acuerdo con la virtud.
En su Elogio de la locura, Erasmo incluye a la filautía en la corte de Moría, hija de Plutón y responsable de que la especie humana se reproduzca.
Para Kant, en la Crítica de la razón práctica, el egoísmo puede ser tanto la filautía o indulgencia hacia sí mismos que va por encima de todo, o la arrogancia, la complacencia consigo mismo. La filautía es amor a sí mismo; mientras que la segunda es vanidad.
La razón práctica pura -según el filósofo de Köningsberg- tolera el amor a sí mismo a condición de que esté de acuerdo con la ley moral. En cambio, combate la vanidad.
En su Elogio de la locura, Erasmo incluye a la filautía en la corte de Moría, hija de Plutón y responsable de que la especie humana se reproduzca.
Para Kant, en la Crítica de la razón práctica, el egoísmo puede ser tanto la filautía o indulgencia hacia sí mismos que va por encima de todo, o la arrogancia, la complacencia consigo mismo. La filautía es amor a sí mismo; mientras que la segunda es vanidad.
La razón práctica pura -según el filósofo de Köningsberg- tolera el amor a sí mismo a condición de que esté de acuerdo con la ley moral. En cambio, combate la vanidad.
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